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Deterioro cognitivo leve y nutrición: Beneficios de una buena alimentación y su impacto en la memoria

Un buen estado de salud está estrechamente relacionado con una buena alimentación rica en frutas y vegetales (con gran aporte de vitaminas para el cerebro), y baja en grasas saturadas.1 Existe evidencia acerca de cómo una alimentación adecuada permite mantener un buen estado del cerebro y prevenir el desarrollo de problemas en la capacidad cognitiva. Por tanto, la alimentación y memoria están estrechamente relacionadas.

La aparición de problemas de la memoria está relacionada directamente con enfermedades vasculares con un fuerte factor dietético (hipertensión, colesterol, diabetes…). Un correcto control de estas a través de la nutrición puede reducir el riesgo vascular y, por consiguiente, su impacto en el deterioro cognitivo. Además, los problemas de la memoria suelen ir ligados con un aumento de la desnutrición que puede acelerar la progresión de la enfermedad.1

¿Cómo debe ser la alimentación para la memoria y concentración? La dieta mediterránea se considera la alimentación más beneficiosa frente al deterioro cerebral. En ella, se asegura una ingesta alta de vegetales, frutas, legumbres, cereales, pescado y aceite de oliva, y moderada de carne, leche y alcohol. Además, también es aconsejable la ingesta de vitamina B12, que se encuentra en alimentos como hígado de ternera, sardina y jamón ibérico1. Los alimentos bajos en azúcares mejoran la concentración y la atención, y la ingesta de proteínas favorece la comunicación entre las neuronas para un mejor aprendizaje, razonamiento y memoria. Las grasas de carnes o leches animales pueden afectar a las funciones intelectuales pero las grasas del salmón, de frutos secos, del aceite de oliva o de algunas semillas son muy buenas para prevenir el deterioro cognitivo. El consumo suficiente de vitaminas para la memoria y minerales protegen el sistema neurológico para un buen estado intelectual.2

En definitiva, la memoria y alimentación están intrínsicamente relacionadas.

  1. Martínez García RM, Jiménez Ortega AI, López Sobaler AM, Ortega RM. Estrategias nutricionales que mejoran la función cognitiva [Nutrition strategies that improve cognitive function]. Nutr Hosp. 2018;35(Spec No6):16-19.

  2. Hernando-Requejo V. Nutrición y deterioro cognitivo. Nutr. Hosp. 2016;33(Suppl 4):49-52.

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